INDIA_03 - Desconcierto



Está plagado de taxistas. Menos mal que teníamos un "taxi" del hotel. Habría sido una aventura excesiva elegir en este caos, a esta hora extraña, y con el jet lag de un vuelo que parece interplanetario.

El taxista se percata de que vamos bastante cargados y llama la atención de otro de los muchos taxistas agolpados a la salida del aeropuerto. Finalmente vamos en dos "taxis" durante unos 25 Km de trayecto hasta el hostal "Smile Inn".

Es verdad que el olor te atrapa, es como si estuviera pasando algo. A eso huele, a que algo está ocurriendo. Entre nosotros fluyen ideas absurdas que buscan una explicación racional a este olor brumoso que está por todas partes; algo se quema, un incendio gigantesco, será polución, pero huele a algo que se quema, quizá sean todas esas hogueras...

No tengo ni idea de a dónde vamos realmente.

Si no estuviera con Anna y con David y Neus, ahora mismo tendría algo parecido a la agorafobia, por estar en un espacio dónde no hay nada que pueda entender al primer vistazo en kilómetros y kilómetros de distancia.

Por la carretera, camiones, furgonetas, autobuses, coches, motos, y hasta bicicletas,
sin orden ni lógica posible. En realidad vamos por algo parecido a una autopista. Pero no puedo estar seguro de nada.

Sigue habiendo gente por todas partes. Pequeñas hogueras junto a la carretera. Nuestro taxi adelanta por ambos lados sin distinción. Todos lo hacen. Un hombre en una bicicleta cargadíssima parece no darse cuenta de que le adelantan un par de camiones por cada lado.
No ha amanecido, todavía es de noche. Son las 5:30 de la madrugada y un niño arrastra una lata atada con una cuerda. No le veo ningún sentido. Casi todos cargan algo de un lado a otro. Por un segundo me parecen hormigas dementes. Una mujer en cuclillas roe algo que lleva en la mano y nos mira al pasar como si fueramos una nube.

De repente estamos rodeados de casas, o chabolas, no se distinguir.

Nuestro taxista parece simpático, habla un inglés bastante inteligible pero con un acento extraño. Cuando nos dice "we have arrived" nos encontramos en una calle oscura, sin asfaltar, con paradas de mercado, y edificios hechos con maderas, chapas metálicas y algún que otro bloque de hormigón. No he tenido la sensación de entrar en una gran ciudad, sino en un pueblo que duerme.
Estamos en Main Bazar, una de las calles céntricas de Delhi, y todo está como en pause. Descargamos y el taxista nos acompaña por unos callejones estrechos que se ahogan en una oscuridad insondable, de la que de momento no quiero saber más que lo imprescindible.

Me siento como un soldadito de plomo que se sueña dentro de un castillo de cristal. No me atrevería a tocar nada. Estoy alucinando, no puedo pensar en nada.

Llegamos al hostal.

Podría ser el recibidor de un pequeño hostal madrileño. Unos escalones y una puerta de cristal y un mostrador al fondo, pero al entrar hay un banco de madera a la izquierda donde alguien está durmiendo. Al fondo, en el mostrador un chico simpático nos da las llaves de las habitaciones. Mientras nos registramos yo miro hacia atrás intentando intuir si esa persona duerme ahí por costumbre o si está descansando accidentalmente. Me pasa como con la gente al salir del aeropuerto: está instalado, tengo la sensación de que ese banco de madera es SU CASA.

—Vamos!
—Voy, voy... (me he quedado embobado mirando al hombre dormido)

Subimos. Las habitaciones son pequeñas y oscuras, no demasiado limpias. Dos camas que parecen cómodas, TV, ventilador, y baño con agua caliente.
Estoy agotado y aturdido. Por suerte hemos coincidido los cuatro en decidir que dormiremos hasta que el cuerpo nos pida despertar.

No nos hemos tomado el Malarone, y además decidimos no poner las mosquiteras para dormir. Aquí no hay mosquitos, nos decimos. Cuando ya estamos acostados nos entran algunas paranoias y nos cubrimos hasta la frente.

Hay que dormirse pronto. Algo nos dice que en poco tiempo en la calle empezará un bullicio desconocido y enorme. La actividad cotidiana de la 7ª ciudad más poblada del planeta, y quizá la más antigua del mundo.

btemplates

1 comentarios:

Unknown dijo...

Namasté!

Gracias por hacerme revivir con tanta intensidad lo que sentí al llegar a Delhi.

La ciudad habitada más antigua del planeta es Varanassi.

Un abrazo!!!